ESTRÉS, TRAUMA Y NUESTRO SISTEMA NERVIOSO: LA TEORÍA POLIVAGAL

Nuestro sistema nervioso tiene la capacidad de rastrear si nuestro entorno -externo e interno- es seguro o peligroso. Esto es posible gracias a la Neurocepción (Porges, 2020), el sistema interno que nos permite valorar si nos encontramos en situación de seguridad, peligro o amenaza vital, y que desencadenará los circuitos neurales relacionados con tres tipos de respuesta de nuestro sistema nervioso autónomo.

La teoría polivagal nos explica cómo se relacionan nuestro cerebro, nuestro cuerpo y el contexto social. La regulación neural de nuestro sistema nervioso autónomo –básica para nuestra salud, crecimiento y restauración–, es la base de nuestra salud mental. Cuando nuestro cuerpo está en seguridad, podemos conectar con los que nos rodean, nos sentimos regulados, somos resilientes; cuando nuestro cuerpo entra en respuesta de defensa, nuestra mente, nuestras estrategias psicológicas y nuestras conductas, se dirigirán también a la defensa.

La conexión con los demás, según explica Stephen Porges, es nuestro imperativo biológico: necesitamos la conexión social para sobrevivir.

Veamos un vídeo explicativo sobre los niveles de respuesta de nuestro sistema nervioso autónomo y el trauma:

Los fallos o la falta en la conexión, si se producen a edades tempranas, influirán en cómo se produce el cableado neural y cómo nuestro sistema nervioso autónomo aprenderá qué es seguro y qué no es seguro; ante dichos fallos en la conexión (esa falta de experiencias de seguridad en el contacto con el/la cuidador/a), nuestro sistema nervioso tenderá a la hiperactivación (la respuesta de lucha o huída) o a la hipoactivación (respuesta de congelación o desconexión). Podemos entender el trauma o las experiencias traumáticas como la interrupción crónica o repetida en la conexión.

NUESTRA VENTANA DE TOLERANCIA

Todos/as necesitamos un nivel óptimo de activación. Si estamos dentro de esa zona óptima, estamos dentro de lo que se llama “nuestra ventana de tolerancia”. En nuestra ventana de tolerancia nos sentiremos seguros/as, podremos autorregularnos, somos conscientes de nosotros mismos y del otro/a, utilizamos la empatía, podemos conectar con los demás…

Ante un estímulo de mi entorno que percibo como peligroso, mi sistema nervioso responde y salgo de mi ventana de tolerancia: hay una hiperactivación de mi sistema nervioso -se activa la alarma y la respuesta de  lucha o huída-, o si esta respuesta no es posible o no es efectiva, o se mantiene durante mucho tiempo, entramos en hipoactivación -por debajo de la activación óptima: aletargamiento, desconexión, congelación, disociación…-.

Debemos ser conscientes de dónde estamos, si estamos en ventana de tolerancia o si estamos fuera de ella. ¿Dónde me encuentro en ese “mapa” de la ventana de tolerancia?:

*¿Estoy en ventana de tolerancia? Estoy en estado de Seguridad/Estado óptimo de activación/Sistema de conexión social o respuesta vagal ventral;

*¿Estoy en Hiperactivación?: activación del sistema simpático, respuesta de lucha o huída; movilización.

*¿Estoy en Hipoactivación?: enlentecimiento, desconexión, congelación, disociación… Respuesta vagal dorsal.

Si estoy fuera de ventana de tolerancia, necesito regularme, ir hacia mi ventana de tolerancia: estando con otra persona (buscar la corregulación emocional o regulación diádica con alguien que me acompañe desde la calma), meciante la autorregulación emocional, con el contacto con la naturaleza, el contacto con los animales (pasar tiempo con mi perro, caballos…), la música, el  dibujo, cantar, bailar…

Las actividades que me conectan con la seguridad, hacen que poco a poco vaya haciendo más grande mi ventana de tolerancia, pudiendo progresivamente manejar mejor las situaciones estresantes y llegando así a ser más resiliente.

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